En sí, el Ketoprofeno tiene un doble efecto:
1. Inhibe la segregación de las sustancias responsables del dolor; impidiendo así la síntesis de las prostaglandinas.
2. Actúa directamente sobre el hipotálamo para reducir las subidas de temperatura en los estados febriles.
Todo esto permite que el Ketoprofeno disminuya el dolor y la inflamación, y -con ello- las molestias asociadas.
Esto se traduce en un efecto positivo para el paciente, ya que sentirá menos dolor, tendrá una mayor capacidad para moverse con facilidad y dependerá cada vez menos del consumo de analgésicos para reducir el dolor articular.