La Risperidona debe administrarse con mucho cuidado en pacientes que tengan enfermedades cardiovasculares o antecedentes familiares de prolongación de intervalos QT. El uso concomitante con medicamentos que originen brancardias, trastornos electrolíticos o antecedentes de convulsiones o en ancianos.
Se debe tener mucha precaución durante la administración de este medicamento en pacientes con riesgo de ataque cerebral, hiperprolactinemia preexistente o tumores dependientes de prolactina.
También en el caso de situaciones que lleven a una elevación de temperatura corporal, evitando así el riesgo de tromboembolismo venoso. Este medicamento tiene un efecto antiemético y puede esconder signos y síntomas de sobredosis de algunos medicamentos o producir obstrucción intestinal. Es importante que el médico evalúe el riesgo beneficio, en caso de riesgos de hipotensión por prostática, entre otros.
En el caso de ancianos con tratamiento para la demencia y la combinación de furosemida, se notó un aumento de la mortalidad, por esa razón, se deben analizar las causas físicas y sociales del comportamiento agresivo para poder controlar el efecto sedativo por problemas de aprendizaje antes de administrar este medicamento en niños.
Insuficiencia hepática
En el caso de sufrir de insuficiencia hepática se deben reducir las dosis orales de Risperidona a la mitad.
Insuficiencia renal
Y en los casos de sufrir de insuficiencia renal se deben tomar con mucha precaución las dosis iniciales y las consecutivas también deberían reducirse a la mitad.